Por que salen llagas en los labios

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Versión en inglés revisada por: Todd Gersten, MD, Hematology/Oncology, Florida Cancer Specialists & Research Institute, Wellington, FL. Review provided by VeriMed Healthcare Network. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, Brenda Conaway, Editorial Director, and the A.D.A.M. Editorial team.

Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.


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Las recomendaciones de vitamina K, así como otros nutrientes, se proporcionan en las Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR) desarrolladas por la Junta de Alimentos y Nutrición en las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina. IDR es un término para un conjunto de ingestas de referencia que se utilizan para planificar y evaluar la ingesta de nutrientes de las personas sanas. Estos valores, que varían según la edad y el sexo, incluyen:

Consumo diario recomendado (CDR): el nivel diario promedio de ingesta que es suficiente para satisfacer las necesidades de nutrientes de casi todas las personas sanas (97% a 98%). Una dosis diaria recomendada es un nivel de ingesta basado en evidencia de investigación científica.

Ingesta adecuada (IA): este nivel se establece cuando no hay suficiente evidencia de investigación científica para desarrollar un CDR. Se establece en un nivel que se cree que garantiza una nutrición suficiente.

Lactantes (IA)

  • 0 a 6 meses: 2.0 microgramos por día (mcg/día)
  • 7 a 12 meses: 2.5 mcg/día

Niños (IA)

  • 1 a 3 años: 30 mcg/día
  • 4 a 8 años: 55 mcg/día
  • 9 a 13 años: 60 mcg/día

Adolescentes y adultos (IA)

  • Hombres y mujeres de 14 a 18 años: 75 mcg/día (incluyendo aquellas mujeres que están embarazadas o lactando)
  • Hombres de 19 años en adelante: 120 mcg/día
  • Mujeres de 19 años en adelante: 90 mcg/día (incluso aquellas que estén embarazadas y lactando)

Beber un café caliente o un zumo de naranja puede ser muy molesto cuando se tienen llagas en la boca. Incluso, hablar puede suponer un esfuerzo por el dolor que generan estas pequeñas heridas. Por ello, aunque no son graves y en la mayoría de las ocasiones se curan solas, las aftas o llagas, ulceraciones que generalmente se dan en la superficie mucosa de la cavidad oral, son una afección que es mejor prevenir. Hay quienes las padecen en momentos puntuales y personas que se llevan enfrentando a ellas en repetidas ocasiones desde niños. Un tercio de la población tiene o ha tenido llagas o aftas en su boca.

Por que salen llagas en los labios

Qué es un afta o una llaga bucal

Las heridas que suelen salir sobre todo sobre la mucosa de la cavidad oral, como el interior de las mejillas, la lengua, el paladar blando o la base de las encías, son lo que se denominan aftas bucales. Se trata de llagas abiertas con forma redondeada u ovalada, de color blanquecino o amarillento, normalmente con un halo rojizo alrededor. Su tamaño oscila entre los 3 y los 8 milímetros y pueden aparecer en solitario o en varios grupos de hasta 20 o más, lo cual afecta de manera considerable a la calidad de vida, puesto que resultan dolorosas.

Tipos de llagas

Los especialistas hablan de tres tipos de aftas o llagas en función de su morfología. Están las aftas menores, que suponen el 80% de los casos de estas afecciones, que aparecen principalmente en solitario y que se suelen curar de manera espontánea a los siete días. Las aftas mayores, con un tamaño de más de 1 centímetro, se resuelven en unas semanas, pudiendo dejar una cicatriz residual.

El tercer grupo al que se refieren los expertos son a las llagas herpetiformes, que son los casos en los que salen numerosas úlceras, con un tamaño pequeño (de entre 1 y 3 milímetros) y que desaparecen en semanas, dejando en ocasiones alguna marca residual.

Asimismo, se pueden diferenciar entre lesiones agudas, crónicas y recurrentes. Las de tipo recurrente, que afectan al 20% de la población general, suelen aparecer por primera vez durante la infancia, pero son en la adolescencia y durante el comienzo de la edad adulta las etapas de la vida en la que más nos afectan. Con el paso de los años, es más difícil padecerlas.

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Por qué salen llagas o aftas en la boca: causas y motivos

Aunque como hemos apuntado suelen ser de causa desconocida y hay casos en los que no se puede determinar el origen de este tipo de afecciones bucales, pueden ser consecuencia de:

  • Una reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal.
  • Una infección viral, que se manifiesta en este tipo de heridas bucales.
  • Traumatismos. Darse un golpe en la boca o morderse el interior de los carrillos o del labio pueden dañar la membrana que cubre el interior de la boca, lo que desencadena en el desarrollo de llagas.
  • Ortodoncia o prótesis dentales. En ocasiones, este tipo de dispositivos puede rozar algún área blanda de la cavidad oral provocando úlceras o llagas.
  • Limpieza dental agresiva. Cuando el cepillado o la higiene bucodental en general es demasiado agresiva, con cepillos muy duros o un mal uso de los mismos, pueden aparecer llagas.
  • Estomatitis aftosa recurrente (EAR), suele afectar a entre un 20 y un 30% de los adultos y a un elevado porcentaje de niños. Son los casos en los que se producen úlceras orales recurrentes (UOR), el trastorno de carácter inflamatorio más frecuente en la cavidad oral. No está claro el motivo de su aparición, pero se habla de una tendencia familiar.
  • Estrés. Los exámenes, el trabajo, la conciliación de la vida familiar y laboral… cualquier situación que nos genere estrés puede hacer que terminemos padeciendo alguna úlcera bucal.
  • Carencias nutricionales. Las úlceras pueden surgir por falta de vitaminas y minerales, principalmente cuando hay carencias nutricionales de hierro, ácido fólico y vitamina B12.
  • Cambios hormonales. Las llagas en la boca afectan el doble a las mujeres que a los hombres y se cree que es por causas hormonales. De hecho, en muchas mujeres aparecen en algún momento del ciclo menstrual.
  • Fármacos. Hay expertos que apuntan a un ingrediente de algunos dentífricos y enjuagues bucales, el laurel sulfato de sodio (LSS), como un posible agente que actúa en la aparición de aftas. También se cree que ciertos medicamentos activan su formación.
  • Alergias o hipersensibilidad a los alimentos, como frutos secos, limón, fresas o chocolate.
  • Predisposición genética. Es muy normal que varios miembros de una misma familia las sufran, puesto que parece que hay un componente genético entre sus causas. Así que, si tu padre o tu madre las suelen tener, es muy posible que tú también sepas de qué se trata.
  • Trastornos mucocutáneos, como la enfermedad de Behçet.

Síntomas y diagnóstico

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No son lesiones graves, pero sí muy molestas, puesto que provocan dolor al comer o beber, pero, incluso, molestan al hablar. Es fácil detectarlas porque son manchas blanquecinas con bordes rojos y de pequeño tamaño que se vuelven grises cuando comienzan a curarse. Así que el odontólogo puede realizar el diagnóstico observando las heridas. Comienzan con una sensación de ardor u hormigueo, dando paso a la aparición de un pequeño bulto rojo, para terminar con una herida abierta. En algunos casos, provocan síntomas de malestar o indisposición general, fiebre o inflamación de los ganglios linfáticos.

Tratamiento

Normalmente se curan solas, pero para acelerar el proceso, los expertos aconsejan no tomar comidas con muchos condimentos y reducir la ingesta de alimentos ácidos, como los cítricos. Además, es posible aliviar el dolor y tratar la inflamación, por ejemplo, con anestésicos locales o antiinflamatorios tópicos, que debe recetar el odontólogo. También son útiles remedios caseros como enjuagarse la boca con agua y sal.

En los casos en los que las aftas son persistentes -más de dos semanas con cuidados personales- o recurrentes -más de dos o tres veces al año-, hay que acudir al médico para que determine otros posibles desencadenantes. Aunque las aftas no son ningún tipo de cáncer ni lo provocan, hay algunos tumores que pueden surgir primero como una úlcera bucal que no termina de sanar, según recoge la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos en su web.

Para prevenir su aparición, sobre todo en personas que las padecen de manera regular, los expertos aconsejan evitar los alimentos ácidos, picantes o muy calientes; llevar una dieta equilibrada con especial atención a los alimentos que ayuden a mantener niveles adecuados de hierro, ácido fólico, vitamina B y zinc, y tener una buena higiene bucodental, con el uso de cepillos suaves y cambiándolos con regularidad.

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